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El papel clave de la intervención temprana

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Para los niños que nacen sordos o con problemas de audición, el acceso oportuno al lenguaje es un factor fundamental para garantizar un desarrollo cerebral saludable. Lamentablemente, como se destaca en el artículo de 2022 The Importance of Accessible Language for Development in Deaf and Hard of Hearing Children de Arielle Spellun y sus colegas, muchos niños sordos o con problemas de audición experimentan retrasos significativos en el lenguaje, incluso con una identificación e intervención tempranas. El caso de Brady, un niño de 5 años con pérdida auditiva bilateral, demuestra la necesidad crucial de un lenguaje temprano y accesible en todas sus formas: hablado, por señas o una combinación de ambos.


Una historia familiar con consecuencias duraderas

El caso de Brady no es raro. A pesar de que se le había diagnosticado pérdida auditiva a temprana edad y de que le habían colocado implantes cocleares, seguía mostrando retrasos en el desarrollo del lenguaje hablado y de señas. Como muchos niños sordos o con problemas de audición, Brady se enfrentó a un estancamiento en el lenguaje, incapaz de progresar más allá de usar palabras sueltas en cualquiera de las dos modalidades, incluso con terapia intensiva.


Los desafíos que enfrenta Brady no son únicos. Las investigaciones muestran que la mayoría de los niños sordos o con problemas de audición pueden no alcanzar los hitos del lenguaje apropiados para su edad, a pesar de recibir intervenciones como implantes cocleares. Esto subraya un punto crítico planteado por los autores: el acceso temprano al lenguaje, ya sea auditivo, visual o ambos, es esencial para prevenir déficits cognitivos y de comunicación de por vida.


Para que el lenguaje se considere accesible, un niño debe ser capaz de recibir perceptivamente y procesar cognitivamente la información que se le presenta.

El papel de los programas de intervención temprana

En Estados Unidos, los programas de detección e intervención tempranas de la audición (EHDI, por sus siglas en inglés) tienen como objetivo detectar la pérdida auditiva en los recién nacidos antes del primer mes de vida, confirmar el diagnóstico a los tres meses e iniciar los servicios de intervención a los seis meses. Estas intervenciones suelen centrarse en la amplificación de la información auditiva mediante audífonos o implantes cocleares, pero los autores destacan la importancia de proporcionar también acceso inmediato al lenguaje de señas.

Los lenguajes de señas como el ASL no deben considerarse un plan "de respaldo", sino más bien una parte integral del desarrollo del lenguaje. La exposición temprana a un lenguaje de señas ofrece una base sólida para que los niños sordos o con dificultades auditivas desarrollen habilidades de comunicación mientras esperan intervenciones auditivas. Como ilustra el caso de Brady, retrasar la exposición al lenguaje visual puede obstaculizar el desarrollo cognitivo y del lenguaje de un niño, lo que dificulta que se ponga al día más adelante.


Por qué el lenguaje accesible es clave


Un niño haciendo señas de "te amo"

Como señalan los autores, el período crítico para el desarrollo del lenguaje en los niños ocurre entre el nacimiento y los cinco años. Para los niños sordos o con problemas de audición como Brady, depender únicamente de la información auditiva puede ser riesgoso, ya que los centros del lenguaje del cerebro se están desarrollando rápidamente y necesitan una estimulación constante. Sin una información lingüística accesible, ya sea hablada o por señas, los niños pueden sufrir privación del lenguaje, lo que puede afectar su desarrollo cognitivo, su éxito académico y su integración social.


El acceso temprano al lenguaje de señas no impide el desarrollo del lenguaje hablado.

Un enfoque multidisciplinario es esencial

Para prevenir retrasos en el lenguaje, los niños sordos o con problemas de audición necesitan un equipo de especialistas, que incluya educadores, audiólogos, logopedas, pediatras del desarrollo y psicólogos, para diseñar intervenciones que satisfagan sus necesidades específicas. Un enfoque único no funciona cuando se trata del desarrollo del lenguaje, especialmente para los niños sordos o con problemas de audición con necesidades de comunicación complejas. Para Brady, una combinación de lenguaje de señas y lenguaje hablado, junto con implantes cocleares, ofrecía la mejor posibilidad de lograr habilidades de comunicación apropiadas para su edad.


El resultado final

El lenguaje es un derecho humano fundamental y, para los niños sordos o con dificultades auditivas, el lenguaje temprano y accesible (ya sea visual o auditivo) debería ser el núcleo de todo plan de intervención. Como demuestra este estudio de caso, incorporar tanto el lenguaje de señas como el hablado desde el principio puede mejorar significativamente los resultados lingüísticos y brindarles a los niños como Brady las herramientas que necesitan para prosperar.


Lea el artículo completo.


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